Las cámaras de fotomultas y las estaciones del MÍO fueron los primeros bienes públicos que vandalizaron quienes participaron en el paro de 2021, que en Cali duró 60 días.

De los 38 detectores de infracciones que había en ese entonces en la ciudad no quedó ninguno en pie.

Lo inconcebible es que 18 meses después apenas estén 19 reinstalados, y la otra mitad siga en veremos.

Por qué la demora y para cuándo se tiene presupuestado devolver las 19 cámaras restantes es lo que esperan saber los caleños.

Así a algunos conductores no les guste que las pongan de nuevo en sus lugares, las cámaras ayudan a darle orden al tránsito en las ciudades y obligan a que se cumpla con normas básicas como no cruzar semáforos en rojo o exceder los límites de velocidad, establecidos para proteger tanto a conductores como a peatones.

Muestra de la necesidad que tiene la capital del Valle de contar con esos detectores son las 164.420 fotomultas impuestas entre los meses de enero y octubre de este año.

Por ello hay que insistir en la responsabilidad que tienen las autoridades caleñas de reemplazar cuanto antes las cámaras vandalizadas que aún faltan.

Con el caos que padece la movilidad de Cali y la incapacidad del tránsito municipal para poner orden en sus vías, las fotomultas se convierten en una herramienta útil e irremplazable.