Cali no ha podido tener un sistema de ciclorrutas bien construido, seguro y que se convierta en una alternativa de transporte en la ciudad.
De los 81 kilómetros que se comprometió a construir la actual administración municipal, apenas hay 1,5 kilómetros listos, y no se esperan mayores avances en el próximo año porque no hay suficiente presupuesto para ejecutar las obras.
A ese incumplimiento, se suma la falta de mantenimiento a los 150 kilómetros de bicicarriles que dejó el gobierno anterior.
Rutas en mal estado, sin demarcación ni señalización se convirtieron en un riesgo para los ciclistas.
Lo cual se agrava porque las vías de uso exclusivo para las bicicletas son invadidas todo el tiempo por motos y otros vehículos.
La bicicleta es una alternativa de transporte económica, saludable y amigable con el medio ambiente, que en otras ciudades del mundo es modelo de éxito.
En Cali, por el contrario, se volvió un medio de movilización peligroso e inseguro como lo demuestran los 15 ciclistas que este año han perdido la vida en accidentes de tránsito.
El deber de las autoridades locales es garantizar una circulación segura a quienes se transportan en bicicleta, lo que comienza por construir un buen sistema de ciclorrutas, realizar mantenimiento en las vías que ya existen y asegurar su vigilancia.