Los habitantes del norte de Cali están siendo afectados por la inseguridad y la contaminación ocasionadas por invasores asentados en el jarillón del Río Cali, sobre la Avenida 2 entre las calles 34 y 52 norte.

La zona residencial que comprende los barrios de Vipasa, Prados del Norte, La Merced y Álamos padece este problema, que no ha sido atendido ni resuelto, desde hace varios años.

Los cambuches dan cuenta del abandono gubernamental del sector, convertido en un foco de contaminación por la acumulación y quema de basuras que cada día crece más.

Los principales afectados son los habitantes y dueños de establecimientos de comercio, quienes se quejan además por la delincuencia que se ha tomado al sector.

Es constante el hurto de contadores, tapas de alcantarillas y el robo en las viviendas o vehículos, y, a pesar de disponer vigilancia y seguridad privadas ha sido imposible ponerles freno a estos hechos.

Por eso, la población exige más presencia de las autoridades para que la percepción de seguridad en la zona mejore y los ciudadanos puedan transitarla y habitarla con tranquilidad.

El gobierno municipal debe cumplir con su deber de garantizar entornos seguros a los caleños y no permitir que el crimen tome control de ninguna zona de la ciudad.