La politización del sistema de salud del Valle y los nombramientos por cuotas han llevado a que hospitales como el de Florida y Buenaventura estén en crisis.Y son los usuarios quienes deben pagar las consecuencias de ese manejo perverso, porque no reciben los servicios a que tienen derecho.Las denuncias que se han hecho sobre presiones electorales, despidos injustificados y reemplazos para cumplir cuotas políticas en la administración del Hospital Benjamín Barney Gasca de Florida son muy graves.Frente a ellas la Superintendencia de Salud debe intervenir, cumplir con su función de vigilancia, investigar lo que sucede y si es del caso sancionar a los responsables.No hay nada peor que sean los políticos y las campañas electorales los que definan quién recibe buena salud y quien no en el Valle.