Si la intención de los actores Kate del Castillo y Sean Penn fue hacerse publicidad a costa del Chapo Guzmán, el criminal más buscado y peligroso del mundo, lo consiguieron.A Penn se le conoce su predisposición a llamar la atención por acercarse a dictaduras como la de Cuba, exaltar al fallecido Hugo Chávez o convertir las tragedias de Haití en su fortín para hacer política.Lo mismo ha buscado en su encuentro con el Chapo y el lamentable artículo publicado en la revista Rolling Stones, criticado por su pobreza periodística y porque se le envió al capo para su aprobación.Kate, por su parte, parece dispuesta a prolongar la popularidad que alcanzó con la novela La Reina del Sur, sólo que ahora está en la mira de la Justicia de México que la investiga por lavado de activos.Así seguirá haciéndose publicidad barata alrededor de un criminal que le ha hecho un gran daño al mundo con el narcotráfico y la violencia.