No puede ser que cada vez que se hace una protesta Cali se vea sometida a la violencia y el vandalismo de algunos que no saben reclamar sus derechos de forma pacífica.

Pasó el miércoles con el paro de taxistas, convocado por el gremio para exigir la regulación del transporte informal, que cada vez les resta más usuarios.

¿Pero por qué dañar los carros de sus colegas, bajar a los pasajeros de ellos y obligar a parar a quienes no querían hacerlo?

Esas acciones no corresponden a una protesta pacífica, ni los intereses de unos pueden convertirse en un problema para la ciudad que sufrió durante todo el día el paro.

Es entendible la inconformidad de los taxistas; como en Cali el Sistema de Transporte Masivo no ha logrado atender de manera eficiente la demanda de pasajeros, ello ha llevado a que el transporte ilegal crezca de forma desmesurada, sin que las autoridades logren hacer el control.

La ‘piratería’ incluso la están haciendo algunos taxistas, que han convertido sus vehículos en transportes colectivos, donde llenan el cupo y le cobran a cada pasajero una tarifa.

También se enfrentan al desafío que significan las nuevas tecnologías, que ofrecen hoy a los usuarios un mejor servicio, más rápido y seguro a través de las aplicaciones móviles.

Por ahora, el Alcalde de Cali se comprometió a luchar más contra la piratería y a reducir el pico y placa a un solo dígito para los taxis por un mes.

¿Servirá este acuerdo para mejorar el servicio de taxi y las condiciones que les brindan a los pasajeros?