Con el fin del litigio que por más de 10 años sostuvieron la Plaza de Toros S.A. y la Fundación Plaza de Toros arranca una nueva época para el espectáculo taurino de Cali. Por fortuna, la conclusión del lío jurídico por el contrato de arrendamiento que le permitía a la Fundación organizar la temporada taurina en Cañaveralejo se dio en buenos términos.En momentos en que el espectáculo ha ido decayendo en los últimos años el hecho de que la Plaza de Toros vuelva a sostener las riendas de la feria puede significar el inicio de su recuperación.A la fiesta brava hay que rescatarla y darle continuidad al propósito de fomentar la cultura taurina que justificó la creación de la Plaza en 1957, convirtiéndose en patrimonio de los caleños.Ojalá la legalización del proceso jurídico que sigue de ahora en adelante finalice de la mejor manera y pueda continuar en funcionamiento una institución tan importante para Cali y el Valle.