Las 1275 multas de tránsito impuestas en lo que va de este 2020 por invadir los carriles del MÍO reflejan el poco respeto que se tiene por las normas y por el sistema masivo de transporte.

Como lo muestra el informe que publica hoy El País, en esas vías exclusivas se meten carros y motos particulares, patrullas de la Policía, ambulancias, vehículos oficiales o máquinas de bomberos, sin importar que no estén atendiendo una emergencia, única razón por la cual pueden utilizarlas.

Incluso los vendedores ambulantes, los peatones y quienes realizan marchas de protesta no tienen reparo en hacer uso de ellas y producir el caos.

Ahí está el origen de los 266 accidentes que se presentaron en carriles del MÍO entre el 1 y el 31 de enero de este año.

Es como si no importara cumplir las reglas o no se comprendiera que esas vías se hicieron para facilitar la movilidad de los buses articulados y de sus alimentadores, que tienen unas condiciones especiales por su tamaño, necesitan de más espacio y deben agilizar sus recorridos.

Lo que se ve a diario en los carriles exclusivos del sistema de transporte masivo demuestra el relajamiento total frente a las normas, tanto como la falta de controles efectivos de las autoridades.

Vale la pena preguntarse si esa actitud de los invasores, que denota la falta de civismo y de pertenencia hacia el MÍO, se resuelve con acciones represivas o si solo con imponer comparendos se podrá recuperar el orden en esos carriles que hace rato dejaron de ser exclusivos.