Una vez más el Aeropuerto Internacional ElDorado presentó fallas que obligaron a suspender la operación aérea que ahí se concentra.

La del lunes pasado se presentó en el fluido eléctrico que va desde una subestación a la torre de control del aeropuerto, que terminó afectando el funcionamiento de la pista aérea y por ende, el itinerario de más de mil personas.

La Aerocivil afirmó que en ningún momento se puso en riesgo la seguridad de los pasajeros y que esta es sólo la segunda vez en este año que ocurren problemas relacionados con el sistema eléctrico.

Nada justifica, sin embargo, que tales inconvenientes se presenten en el principal aeropuerto del país y el segundo con mayor número de pasajeros en Latinoamérica.

Más aún cuando en los últimos cinco años se han presentado múltiples fallas técnicas que han afectado el servicio del transporte aéreo nacional e internacional.

La obligación de la Aerocivil es dar respuestas claras sobre este nuevo incidente ocurrido en ElDorado, que afectó la operación de cientos de vuelos en todo el país.

También es la oportunidad de revisar la pertinencia de que las aerolíneas hayan concentrado casi toda su actividad en la terminal bogotana, cuando en Colombia hay otros aeropuertos, como el Bonilla Aragón que opera para Cali, que tienen la infraestructura y la capacidad necesaria para atender la demanda de vuelos y contribuir a la solución del tráfico aéreo en el país.