El 1 de julio, cuando se pitó el inicio de la Copa América de Argentina, los pronósticos no le apostaban a una final entre Uruguay y Paraguay.Las cuentas empezaron a cambiar al ver que favoritos como Brasil, Argentina o México no desplegaban en la cancha la técnica y el juego certero que acostumbran a practicar.Mientras equipos como Colombia y Venezuela alzaron fácilmente el vuelo y se clasificaron invictos a los cuartos de final. En el fútbol todo puede suceder y el gol es, al final, el que determina los resultados.Doce años después de su último título continental, Uruguay llega a la final con la ilusión de ganar su Copa número 15 y superar así a Argentina.Paraguay, que fue por última vez campeón hace 32 años, lo hace sin haber ganado un partido, pero con la suerte de los penales a su favor.Hoy tampoco se hacen pronósticos, con lo que ha sucedido en esta Copa América, expertos y aficionados prefieren esperar al partido del domingo.