Las diferencias entre los especialistas enviados por El Gobierno Nacional a representar al país en la Asamblea Mundial de la OMS y la delegación diplomática en Ginebra, donde se celebra la reunión, es un absurdo que tiene el nombre de Colombia entre burlas y chistes.Mientras el primer grupo defendió una tesis frente asuntos como las patentes de la medicina, con argumentos bien sustentados, el segundo grupo liderado por la embajadora de Colombia en Suiza, Alicia Arango, los ‘mandó a callar’ porque no estaba de acuerdo con lo que planteaban ellos.En Ginebra y en el mundo se preguntan al fin cuál es la posición del gobierno colombiano y quién da las ordenes en el país.No es posible que dos delegaciones de un mismo gobierno muestren así sus diferencias cuando se supone que todos deben representar la política oficial del país frente a los temas de salud. ¿Quién manda a quién?