La erupción de gases y cenizas en el Volcán Nevado del Ruiz, el sábado anterior, fue un nuevo campanazo de alerta para las autoridades, la población y los organismos de socorro.La amenaza del volcán es permanente, parece ir en aumento y sus efectos son impredecibles, por eso hay que tomar medidas para evitar una tragedia como la de Armero, que enlutó al país hace 27 años luego de que una avalancha de lodo sepultara al municipio tolimense.Preocupa, por ejemplo, que pese a la alerta roja decretada tras la erupción, más de la mitad de los habitantes de zonas en riesgo no acataran la orden de evacuación, y que poco pudieran hacer las autoridades para persuadirlos.El Nevado del Ruiz está vivo y las advertencias están hechas. De las decisiones que tome el Estado y de que la gente entienda el peligro inminente en el que está, dependerá que no ocurra otro desastre.