Que una Corte de Estados Unidos pida en extradición al general (r) Mauricio Santoyo por presuntos nexos con las AUC y la Oficina de Envigado es muy grave, pues se trata del oficial colombiano de más alto rango señalado por las autoridades por vínculos con el narcotráfico.Es más inquietante aún porque Santoyo se desempeñó como jefe de seguridad del entonces presidente Álvaro Uribe Vélez, por lo cual tenía acceso a información privilegiada, además de su cercanía al mandatario.La historia de Santoyo está llena de interrogantes que hoy necesitan ser aclarados, como por qué fue ascendido a General de la República con el respaldo del Senado, del Gobierno de entonces y de la Policía si sobre él recaía una investigación por interceptaciones ilegales y fue destituido por la Procuraduría.El General Santoyo debe responderle a la Justicia y explicar por qué se le vincula con el narcotráfico y con la más temible oficina de sicarios del mundo. Y que alguien le diga a Colombia el porqué de su ascenso.