Agobiado por la crisis económica y política de su país, y rechazado incluso por la mayoría de su propio partido, Silvio Berlusconi, el polémico dirigente y empresario dejó de ser el Primer Ministro de Italia.Y ante las dimensiones de lo que parece ser el gran desastre de ese país y de Europa en los últimos 60 años, Mario Monti, economista y defensor acérrimo de la competencia libre y el mercado, se prepara a asumir el legado de ‘il Cavaliere’ que amenaza la estabilidad de la Unión Europea.Se cumple así el ritual exigido por la hoy confundida y aterrada comunidad financiera mundial para devolverle la confianza a la deuda italiana.Y sin recurrir a elecciones, la que fuera la quinta economía mundial decide cambiar al gran negociante y empresario por un economista, confiando en que sea capaz de detener la debacle, así la receta de ajustes sea amarga.