Para la organización delincuencial ‘La Conquista’ el negocio de las invasiones en Cali se les daba redondo:
De un día para otro se tomaban predios particulares, como las 10 hectáreas de una finca en el corregimiento de Navarro, los parcelaban y vendían los lotes a cientos de familias, en su mayoría desplazadas, por valores entre los 4 y los 16 millones de pesos.
Bajo amenazas de quitarles el pedazo de tierra los obligaban a construir a la carrera sus cambuches, les cobraban por instalaciones fraudulentas a los servicios públicos y les exigían una cuota mensual para ‘garantizar’ su seguridad.
Las investigaciones de las autoridades llevaron a descubrir a esa banda de invasores profesionales, a capturar a ocho de sus integrantes en operativos realizados en Cali y Popayán, y a judicializarlos.
Con ello se demuestra que detrás de las ocupaciones ilegales a terrenos en la capital del Valle hay grupos delictivos poderosos y peligrosos.
‘La Conquista’ no es la única organización dedicada a ese negocio, por tal razón, además de reconocerles a las autoridades su trabajo para desmantelarla, hay que pedirles que se mantengan vigilantes y les cierren el cerco a todos los invasores.
Cali no puede seguir bajo esa amenaza, que afecta la ciudad y pone en riesgo a quienes, en muchos casos, se dejan engañar por sus promotores.