Solidaridad es la palabra que define hoy a Cali.

Por ella, don Pedro Pablo Giraldo, dueño de la panadería del barrio Alfonso Bonilla Aragón destruida el jueves 21 de noviembre por los vándalos, comienza a reconstruir su negocio.

Y es con ella como esperan los comerciantes del centro levantarse de las pérdidas que les generaron los cierres obligados durante el día del paro, así como las acciones de los malandrines que atacaron con saña, al igual que los miedos colectivos de los días siguientes, generados por informaciones falsas en las redes sociales.

A don Pedro Pablo, cientos de caleños que ni siquiera lo conocen le han donado insumos, muebles y dinero para que pueda reconstruir el negocio del que viven él y su familia.

Y los comerciantes del centro de la ciudad que resultaron más afectados por el vandalismo saben que nada sacan con lamentos y hay que seguir adelante.

Por ello, como lo hicieron en un vídeo en el que aparecieron vestidos de blanco, se han unido para dar un mensaje de confianza y tranquilidad, trabajan juntos para reparar los daños e invitan a los ciudadanos para que vayan sin temor a hacer sus compras como siempre lo han hecho.

Son las muestras de la solidaridad de los caleños, del compromiso de toda una ciudad y del apoyo que se les debe dar a quienes sufrieron las consecuencias de los desmanes de los últimos días en los cuales nada tuvieron que ver los participantes de las marchas pacíficas realizadas en la capital del Valle.