Con la noticia del incremento en las tasas de desempleo nacional y la sombra de una politización indebida de las marchas convocadas en diferentes lugares del país, hoy se celebra en Colombia el Día del Trabajo. Se espera que la jornada transcurra en calma, que las concentraciones cumplan su tradicional propósito de reivindicar las conquistas y derechos de quienes conforman la fuerza laboral, y que se rechace cualquier intento de desviar el objetivo de esta conmemoración.

Ayer, mientras en varias ciudades las organizaciones sindicales y de trabajadores ultimaban los detalles para las marchas que se realizarán en este día, el Dane entregaba las más recientes cifras del mercado laboral en el país. Los números no están como para festejar: en marzo de 2024 se quedaron sin empleo 339.000 colombianos lo que significa que ya son 2,8 millones los connacionales no tienen un empleo. El índice se ubicó en 11,3%, más alto que el 10% marcado en el mismo mes del año anterior.

El retroceso de la economía, que apenas creció un 0,6% en 2023, empieza a pasar factura. Sectores que son los mayores generadores de empleo, como el de la construcción o el agrícola, fueron los más afectados y por consiguiente los que más contribuyeron a ese incremento de los índices de desocupación laboral.

Hoy los esfuerzos del Gobierno Nacional deberían estar concentrados en la reactivación económica, en la estabilización de los mercados y en generar confianza en el país. No es alimentando la confusión, insistiendo en la imposición de unas reformas sobre las que no hay consensos o politizando espacios como los de las marchas del Día del Trabajo, como Colombia encontrará el camino de su recuperación.

Tienen razón las centrales obreras y organizaciones sindicales que han rechazado la pretensión del Jefe del Estado de apropiarse de esta fecha, en la que se reivindican sus luchas, y convertirla en un espacio de favorecimiento hacia su gobierno o en escenario de confrontación con quienes se oponen a sus políticas. El Día Internacional del Trabajo es de los trabajadores y para los trabajadores.

Así lo debería entender el presidente Gustavo Petro, quien demostraría el mayor respeto hacia las centrales obreras, los sindicatos y en general la fuerza laboral colombiana, si escucha a quienes le están pidiendo no entrometerse en las marchas y celebraciones de este Primero de Mayo. Tratar de usufructuar para beneficio propio y de su gobierno este día resulta por lo menos inapropiado, si no insultante contra la clase trabajadora colombiana.

Este debe ser un día de reflexión, de reconocimiento a esa fuerza laboral que es fundamental para el desarrollo y progreso de la Nación, de reafirmación del Estado democrático que es Colombia. Es de esperar que las marchas convocadas para hoy en diferentes lugares del territorio nacional transcurran en total calma y que se imponga el respeto por el que es el propósito esencial de esta conmemoración que honra a los trabajadores y reconoce sus derechos.