Lo que le faltaba a este gobierno: que haya rencillas, celos y garroteras en el grupo íntimo del presidente Petro. Se están tirando a la cabeza aguacates, tortas y buñuelos entre altos funcionarios. Cuídense de una bronca con wiskis encima porque pueden perder la chanfa.

Tema señorero para no opinar de este gobierno, pregunto: ¿quién pasará navidades y año nuevo en la casa presidencial de Cartagena? Allí hay lanchas veloces, motos acuáticas, muchos licores, muchas champañas, todas las ginebras, más langostas, filetes de oso polar, filetes de ballena siberiana, filetes de búfalo, profesores de baile de champeta y sabias cocineras costeñas. ¿Esa casona en este diciembre quién la utilizará? Apuesto que será Armando Benedetti; lo llaman KID-Benedetti porque todo el que lo enfrenta, a la lona cae derrotado, caso exministra Laura Sarabia y Francia Márquez, la vicepresidenta de Petro, hoy en el olvido y malhumorada con este gobierno de Benedetti-Petro. Pilas: no manejen auto con rones y whisky encima. Ayuden al oficio decembrino en la casa; los puede odiar la pareja si no ayudan.

Ojo: ¿quién ocupará la deliciosa casa marinera para los presidentes en Cartagena? Unos 89 amigos del gobierno esperan invitación porque es el último diciembre en el poder y con avión presidencial. Pilas: la casa marinera de Cartagena será para el amado amigo Armando Benedetti, que tiene exesposas y dos hijas bonitas y bilingües. ¿Vendrá a Colombia Verónica Alcocer en diciembre? Ojalá, porque Suecia estará bajo cero, mucho hielo y oscurece a las tres de la tarde.

“Cuidado con el derroche”: esa es la frase que todo marido le dice a la esposa al prestarle la tarjeta plástica que le facilita el ‘Shopping’. El marido, que es el paganini, cuida el billete y le pide que de aguinaldo no regale cachivaches inútiles ni marcos de madera; “por caridad regala esas bandejas que te regalaron de matrimonio y que por feas nunca utilizaste”.

No se olviden de los ancianatos, que en diciembre la pasan fatal; muchos ancianos fueron dejados allí por sus familiares porque les estorbaban y las hermanas y sobrinas dijeron: “Que mamera con este viejo cansón que jode tanto”. A quienes leen esta frívola columna les digo gracias, poco licor y colorín colorado.