El prurito de tener siempre la razón es funesto, distancia a las personas y destruye relaciones.

¿Cómo superarlo? Con la magia de la humildad y silenciando el ego soberbio y sus autoengaños.

Tú eres sensato si tomas consciencia de que amar es más importante que imponerse a los demás.

Bien dijo un maestro: “En ciertos momentos la única manera de tener razón es perdiéndola”.

Ánimo, mejora en el arte de dialogar y ceder, aprende de todos, y aspira a no tener ni un atisbo de orgullo.

Recuerda que la armonía nace del amor, y este se muestra en la sencillez, la flexibilidad y la tolerancia.

Mide muy bien el alcance de tus palabras y gana felicidad con dos virtudes: la prudencia y la discreción.

Es mejor tocar los corazones que mostrar tus razones, es mejor conservar una relación que ganar una discusión.

@gonzalogallog