“Paradójicamente, la pandemia del coronavirus le ha generado un respiro al planeta. La parálisis industrial en países como China, la reducción del número y la frecuencia de vuelos a distintos destinos, así como del tráfico vehicular y el encierro obligado en el que se encuentran miles de personas en varias ciudades del mundo, han permitido que se reduzca el nivel de emisiones de gases de efecto invernadero.

La cuarentena en la que se encuentra la mayoría de los países del mundo, ha hecho que la calles permanezcan solas y ha propiciado el retorno de los animales. En Venecia, el agua de los canales luce mucho más clara debido a la nula presencia de turistas y de tráfico de góndolas. Su calma ha permitido que cardúmenes de peces de varias especies salgan de sus escondites. Además, ha incrementado el número de cisnes recorriendo los canales.

Una bendición para los animales salvajes. La prohibición temporal del comercio de fauna silvestre impuesta por China para combatir el coronavirus se ha convertido en la tabla de salvación para muchos animales amenazados, en vista de que ese país por tradición tiene gusto por los productos con base en especies consideradas exóticas. Por eso en esa nación se pueden encontrar desde sopas hechas con murciélago, testículos de tigre o partes del cuerpo de la civeta de palma, hasta cobra frita y la pata de oso estofada. Y es que según la idiosincrasia china estos tipos de alimentos son considerados un privilegio, manjares. Otros los consumen como medicina tradicional (pangolines) sin importar el grado de vulnerabilidad en el que se encuentren en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Uicn) y si pueden o no representar un riesgo para la salud pública”.

Esta información es alguna de la que he leído en las redes sobre lo positivo que este virus le ha traído a nuestro planeta, tan azotado por nuestra especie. la humana, que nos hemos creído los reyes que podemos hacer y deshacer a nuestro antojo.

Llegó la hora del cambio, nos tenemos que reinventar, no podemos seguir siendo una sociedad donde el dinero está por encima del cuidado de los recursos naturales, llegó la hora de dejar de ser dependientes del petróleo como fuente de energía y buscar otras limpias como la solar y la eólica.

Llegó la hora de que nuestros dirigentes y políticos dejen de robarse la plata, no más corrupción, bienvenidos los gobiernos como de El salvador en cabeza de su presidente Nayid Bukele que está conduciendo a su país por el camino correcto, invito a que busquen por las redes qué está haciendo para mitigar el impacto en su país.

Bienvenida esta oportunidad y la nueva era que llega donde nada será igual.

¡Gracias Pachamama, Madre Tierra que estás de fiesta!