En tiempos duros confía, sé paciente, no sucumbas y sé un escudo para los que necesitan refugio.
Tu mejor regalo para los demás es irradiar amor, ser un artífice de paz y crear armonía donde estés.
Todo lo que haces con amor ayuda, en especial cuando las sombras del mal tienden a ocultar la luz.
Ante todo sé compasivo contigo mismo y entonces también podrás practicar la compasión con tus hermanos.
Lo que mueve e inspira no son tanto las palabras como el buen ejemplo, como las buenas acciones.
Acepta que cada ser está en su proceso y que algunos hacen daño por estar en desamor e inconsciencia.
No eres mejor que nadie y amas cuando destierras los juicios y los prejuicios, cambia el odio por perdón.
Abre las puertas de tu corazón al que sufre, tiende una mano amiga, sé un salvador y no un juez severo.
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