Las buenas relaciones, no perfectas, son el indicador número uno de la felicidad, relaciones íntimas y profundas.
Para disfrutarlas es importante ser conscientes, saber amar de verdad y simplificar del todo la vida.
Es habitual vivir muy distraídos, hay que examinarse, sentarse a meditar y dedicar tiempo a los demás.
A estos momentos un sabio los llama “islas de cordura”. Es muy importante tener estas islas de cordura en este mundo tan frenético.
Darle prioridad al amor y al espíritu es crucial para la felicidad; y no hace falta mucho, solo ganas.
Treinta minutos tres veces a la semana son suficientes; darnos a nosotros mismos permiso para ser humanos.
Deja que las emociones dolorosas fluyan a través de ti, ya sea hablando con alguien, llorando, o escribiendo un diario.
¿Qué islas de cordura vas a crear? ¿Estar más con los que amas? ¿Meditar? ¿Leer y escuchar música de relax? ¿Estar con Dios?