Ante el miedo o la incertidumbre, la confianza es un escudo protector, es tu manantial de esperanza.
Una confianza firme diluye las dudas y te da alientos para enfrentar los temores y alejar las sombras de la inseguridad.
Por eso debes afianzar a diario la fe en Dios que te ama, en tu potencial y en los demás. La fe es tu fuerza.
Una fe sólida es la que ha impulsado siempre a los descubridores, los inventores y los exploradores.
También a los mejores campeones que siempre han creído en sí mismos a pesar de los fracasos y las críticas.
La confianza es un motor, es fuego en tu corazón y la puedes fortalecer de distintas formas.
Aprovecha el poder de hacer afirmaciones, de visualizar lo que anhelas y de imitar a los vencedores.
Acércate a los que creen, asiste a grupos que inspiran, lee escritos que motivan y te llenan de ánimo.
Es maravilloso el poder de una fe inquebrantable y recia, que mueve montañas, abre caminos y hace posibles muchos imposibles.
Sigue en Instagram @Gonzalogallog