Me cuesta reconocerlo, pero me gusta que me hagan sufrir y me recreo en mi rol de víctima.
Fue lo que aprendí en mi infancia y lo repito atrayendo a mi vida a victimarios que me hacen daño.
Hasta hace poco veía el mal sólo en esos seres despiadados y pensaba que ellos eran lo que estaban errados.
He sufrido con tres relaciones tormentosas saturadas de constantes. maltratos físicos y sicológicos.
Sólo hace poco acepté que yo misma atraía a esos personajes siniestros y que era yo la que debía cambiar.
Estoy en el proceso con ayuda para aprender a amarme, a perdonar, a poner límites y a hacerme respetar.
En una terapia de constelaciones sentí y vi claro cómo estoy repitiendo lo que vivió mi sumisa madre.
Estoy decidida a romper cadenas, soltar cargas y ayudar a otras víctimas a liberarse y ser felices.