En estos días finales del año, ten contigo tres velones blancos y tres florecitas de distintas especies.
Todo te conecta con Dios y con todo lo hermoso cuando te sirves de algo lleno de fe sólida y amor auténtico.
Busca un lugar calmado, relájate, ora un buen rato, medita e invoca a Dios y a tus angelitos.
Elige tres buenos deseos: Uno muy espiritual, otro emocional o afectivo y el tercero, material.
Conecta en tu intención cada velón con un deseo y lo enciendes. Ora con fe de acero y visualiza que tu deseo se cumple.
Apaga los velones y préndelos cada tanto en el año para reforzar tu intención con una fe firme y libre de dudas.
Recuerda que te llega lo que te corresponde, por lo mismo dile a Dios siempre que ores:
“Padre, deseo esto, pero aceptaré en paz lo que sea mejor para mí según mi proceso espiritual. Elijo florecer con amor”.
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