Desde épocas remotas existe la magia y se sabe de su existencia en Babilonia, en Grecia, en Roma y en el oriente.

Como las religiones prohíben todo lo que no es de ellas, lamentamos que millares de personas murieron acusadas por hacer magia.

Es todo aquello que parece inexplicable, es prodigioso y maravilloso y no se explica con las leyes naturales.

La magia siempre ha seducido al ser humano y estuvo asociada en su tiempo a los alquimistas y a todo lo hermético.

Sin criterio también se ha vinculado a la hechicería o la brujería, la adivinación y la lectura del tarot.

La ciencia ha tenido que aceptar fenómenos paranormales como la clarividencia o la telepatía y dones especiales.

Hay, obvio, farsantes, pero asombra ver cómo un buen número de personas hacen lo que parece imposible.

Con la energía espiritual, el amor, la fe y el perdón hacen magia y las personas cambian su vida del todo. Los milagros existen.

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