¿Quién eres?, dijo El principito. Eres muy lindo.

-Soy un zorro.

-Ven a jugar conmigo. ¡Estoy tan triste!

-No puedo jugar contigo. No estoy domesticado.

-¿Qué significa domesticar?

-Es una cosa demasiada olvidada. Significa ‘crear lazos’.

Para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. No te necesito y tú tampoco me necesitas.

Pero, si me domésticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo.

El zorro calló y miró largo tiempo al Principito:

-Por favor... domestícame!, dijo.

-Bien lo quisiera, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.

-Sólo se conocen las cosas que se domestican. Las personas ya no tienen tiempo de conocer nada. Compran cosas a los mercaderes.

Pero como no hay mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos. Si quieres un amigo, ¡domestícame!