En la tierra del apego dependiente y egoísta echan raíces la manipulación y la insatisfacción.

Cuando tienes apego muy fuerte a alguien, caes en la trampa de presionarlo para que se amolde a tus caprichos.

Al mismo tiempo nunca estás satisfecho de los resultados y sólo pensar en la pérdida te produce miedo o pánico.

Con frecuencia pon el semáforo en rojo, cierra los ojos, medita, respira un buen rato y relájate.

Unido al Padre del amor analiza las ganancias de amar con desapego: libertad, paz interior, confianza, relaciones que fluyen y felicidad.

Piensa también en las desventajas del apego: ansiedad, miedo, dependencia, control, manipulación, insatisfacción.

Asume el compromiso de amar sin cadenas. Traza un claro plan de acción para mejorar.

Escribe en un papelito la letra D de Desapego y colócala en tres lugares visibles. Al verla repite: Me amo más y amo sin lazos, amo con libertad.

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