Las nuevas generaciones nos asombran y eso se percibe en todo, como sucede ahora en el deporte del tenis.

Emma Raducanu es una joven nacida en Toronto (Canadá) pero criada en Bromley (Inglaterra) desde los dos años.

De padre rumano y madre china, hizo historia: primer tenista, hombre o mujer, en ir a la final de un Major desde la previa y ganar el torneo.

Cuando llegó a Nueva York hace dos semanas era la 150ª y sólo había jugado 11 partidos WTA, cuatro de ellos en Wimbledon.

Raducanu llegó al título de un Grand Slam sin haber perdido un set en 9 encuentros. Solo cedió 34 juegos.

Irradia una serena sensación de dominio emocional y mental antes de la final superó a la griega María Sakkari 6-1 y 6-4 en semifinales.

Sakkari de 26 años y 18ª del ranking, atraviesa por su mejor momento y no pudo con la alegre jovencita.

Emma tiene un revés que es una mina y juega con una tranquilidad pasmosa y un control único. “No tengo presión” dijo.

Fantástico: gana el US Open a los 18 años y ya es la 23 del mundo. Un ejemplo.
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