A prisiones diferentes va. La escena es de película: esposados, ella a una compañera de crimen y él a un compinche. Se dan un largo beso entre lágrimas y prometen no abandonarse, van a ser llevados a centros de detención diferentes; fueron capturados y presentados ayer lunes ante los medios como ladrones y extorsionistas.
Mientras observo me pregunto de dónde salen tantos delincuentes, cada semana las autoridades presentan más y más capturados y a la semana siguiente vuelven a presentar a otros nuevos como un monstruo de mil cabezas al que le cortan una y le salen dos.
Familias completas dedicadas al crimen donde el padre o la madre, los abuelos, son los jefes y los hijos, los sobrinos, los primos y los nietos los operarios de la máquina criminal; parejas que delinquen juntas y son capturadas mientras duermen, todos llegan al comando de policía o a la plazoleta del CAM para la respectiva rueda de prensa en pantaloneta y chancletas, con lo que tenían puesto en el momento de ser capturados en operativos que siempre son en las madrugadas.
Mientras son presentados, ríen y conversan; son avezados criminales con experiencia en capturas y boletas de libertad. En la cárcel los esperan amigos, cómplices y familiares. El esfuerzo de las autoridades no se compensa con la laxitud de las penas, esa es la sensación general de los transeúntes que comentan lo rápido que saldrán de la cárcel. El caso del niño sicario que mató a Miguel Uribe Turbay es un ejemplo, depende del Estado que los siete años de prisión a los que fue condenado sean usados para su rehabilitación y del centro de reclusión para menores salga un adulto diferente.
Mientras tanto, veo a los jóvenes detenidos, sus tatuajes, sus rostros, listos para la cárcel, otra vez. Cómo llegaron hasta allí, las mujeres del grupo se quejan de la comida y los hombres guardan silencio.
El crimen no tiene estrato, varias familias de encopetados apellidos, egresadas de las mejores universidades también han protagonizado escándalos de corrupción por robos millonarios a los colombianos. ¿Dónde se tuerce el camino? ¿Cuándo decide un padre involucrar a los hijos en sus actividades criminales? Generaciones de atracadores, extorsionistas, estafadores, políticos corruptos unidos por la inversión de valores y una cultura de la viveza de la que nos sentimos tan orgullosos todos los colombianos.
La próxima semana otros desfilarán ante las cámaras, la generación espontánea del crimen no tiene pausa.