En los acuerdos de paz suscritos entre el gobierno y la Farc se incluyó un programa que permite a las empresas y a las personas naturales que pagan impuestos de renta significativos, invertir hasta el 50 % de estos en el mejoramiento de vías terciarias, construcción y reparación de escuelas, acueductos, plantas de tratamiento de aguas residuales, sistemas de alcantarillado y alumbrado público, dentro de los municipios que quedaron calificados como Zonas más Afectadas por el Conflicto Armado, Zomac, ¡con un tope de $250.000 millones por año!

Como casi siempre ocurre, los líderes empresariales y políticos antioqueños fueron más diligentes que sus pares de otras regiones del país, pues lograron que 55 de sus municipios quedaran clasificados como Zomac, mientras que en contraste, Cauca y Nariño solo clasificaron 23, Tolima 21, Meta 20, Chocó 18, Bolívar y Caquetá 16, y Valle del Cauca 15.

Pero además, los únicos proyectos que quedaron viabilizados por parte del Gobierno Nacional para ser ejecutados con impuestos correspondientes al 2017 fueron en su orden los siguientes: Antioquia seis, Bolivar y Nariño tres, Cauca, Cesar, Caquetá y Putumayo con dos cada uno, mientras que en Arauca, Meta, Tolima, Huila, Cundinamarca, Guajira y Sucre solo lograron registrar uno, e infortunadamente el Valle del Cauca ¡no logró viabilizar un solo proyecto!

Teniendo en cuenta lo anterior, me atrevo a sugerirle a mis colegas empresarios de todas las regiones del país en donde existen municipios clasificados como Zomac, que aprovechemos esta gran oportunidad que nos brinda el citado programa, invirtiendo hasta el 50 % de nuestros impuestos de renta para lograr que muchas de esas poblaciones mejoren sustancialmente no solo sus vías terciarias, sino también sus instalaciones educativas, centros de salud, acueductos, sistemas de alumbrado público, alcantarillado y plantas de tratamiento de aguas residuales, con lo cual podremos en pocos años coadyuvar con los esfuerzos de sus gobernantes para mejorar de la calidad de vida de quienes allí residen y al mismo tiempo evitar que muchas de esas personas emigren hacia alguna de las principales ciudades del país, en donde terminan engrosando los cinturones de pobreza que las rodean.

Pero además de la satisfacción de colaborar con esa noble causa, podremos verificar cómo se están invirtiendo eficientemente al menos parte de nuestros impuestos, pues por ejemplo en el Valle del Cauca se constituyó un programa conformado por reconocidos ingenieros y abogados de la región y la seccional Occidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, denominada ‘Proxi’, el cual se encarga de identificar los proyectos que los municipios Zomac han catalogado como prioritarios y se dedica a impulsarlos, haciéndoles seguimiento ante las respectivas entidades gubernamentales, además de adelantar todas las gestiones para lograr la viabilidad de los mismos, mientras que los recursos que aportan las empresas se consignan en un encargo fiduciario que posteriormente se convierte en el proveedor de los fondos con los cuales pagará el contribuyente los costos de las obras, la interventoría y la gerencia del proyecto.

Ojalá estos comentarios sirvan para motivar a todos los grandes contribuyentes del país a participar en una gran cruzada nacional para mejorar la calidad de vida de nuestros compatriotas que residen en las regiones más afectadas por la violencia que tanto daño le hizo a Colombia.