1.Armitage: 6 meses. Este diario tituló: ‘Cali, seis meses al ritmo frenético de Maurice Armitage’. Habrá temas discutibles. Pero nadie niega que no se sabía de un alcalde omnipresente 24 horas. En todas partes: comunas, barrios, corregimientos.El Alcalde alienta el MÍO, sacude a Emcali, moviliza el jarillón, está atento a la seguridad, mueve la Administración (con reforma administrativa, con Plan de Desarrollo), concierta (y discute) con el Concejo, encara las finanzas, se atreve con el Gobierno Nacional, busca caminos de inversión, se desvela con el empleo y los ingresos de la gente, le da frente a la educación, al deporte y confía en la cultura ciudadana de los caleños. Hay quienes critican aspectos específicos como el punto de equilibrio entre las multas y el comercio. Y quienes consideran que sólo pensar en permitir el parrillero hombre es fomentar el sicariato, como si hoy no hubiere mujeres capaces de hacer el oficio. En fin.Pero, ante todo, Armitage se atreve a innovar. Cali se durmió como la sucursal del cielo, se olvidó de ser la capital deportiva de América, se cansó de ser un centro feliz.2. Cali: 24 horas. Cali tiene una marca indeleble. Es la capital mundial de la salsa, de la alegría. Y esto no remite sólo a la rumba y el trago. Bailar es un gran deporte al que concurren todas las comunas. En unos días tendremos el Festival Mundial de Salsa. Y en diciembre está el salsódromo.Este es un ingrediente para pensar en la nueva iniciativa del Alcalde: Cali 24 horas. Pero este no es un invento salido del cubilete. El foro que permitió divulgar la idea mostró aspectos sorprendentes. Amsterdam, Londres y muchas otras capitales se hicieron presentes. Nos contaron que el día tiene no 16 sino 24 horas. La diferencia entre el día y la noche es el sol, la luz. Pero la ciudad puede ser alumbrada para el deporte, para la diversión sana, para abrir frentes de trabajo, para estimular la producción, para que rueden las vidas, los autos y las almas.3. Cali para laborar e invertir. Las grandes ciudades españolas logran un equilibrio entre los lugares de trabajo y las terrazas y las tascas. A Buenos Aires no la avergüenza su difusión del tango. Río de Janeiro tiene no apenas sus sambódromos y garotas sino su turismo y su empuje empresarial. Las noches pueden dar lugar a numerosas actividades productivas.Los humanos solemos dividir el día en turnos de 8 horas: 8 para laborar, 8 para dormir y 8 para el ocio. No se trata tan sólo de trasnochar. Nadie resiste trabajar todo el día y seguir funcionando toda la noche. No. Por turnos pueden variar las actividades. Hay muchos centros de negocios que pueden extender jornadas con sólo encender la luz. Un sol de veinticuatro horas hace más productiva y más feliz la vida de la gente.4. Cómo queremos a Cali. La esencia de la convivencia es la cultura ciudadana. Los humanos no sólo coexistimos como los animales. Nosotros convivimos. Si aprovechamos las destrezas de los muchachos de los sectores populares podemos alcanzar el efecto 1 a 100. Si 10 dan ejemplo esto se extiende a cien. Cali muerta en las noches se abre a los delincuentes que aprovechan la oscuridad. Pero si todos están presentes en muchos lugares logran lo mejor que tenemos para alcanzar equilibrio y convivencia.