El Plan Nacional de Desarrollo que se presentó al Congreso omite la construcción de la carretera de Mulaló-Loboguerrero, y el dragado al puerto de Buenaventura hasta los 16 metros de profundidad, igual a la dimensión que permite el Canal de Panamá.
El actual gobierno ha prometido resarcir de los atrasos en su desarrollo al Pacífico y al Sur Occidente. Recién lo ha reiterado el Presidente, a raíz del derrumbe que impidió la circulación de la vía que de Popayán conduce a Pasto, lo cual produjo perjuicios graves, especialmente a los habitantes del sector rural que no pudieron comercializar su producción, además, claro está, de impedir la movilidad de las personas de sur a norte o viceversa.
El Presidente con buen criterio afirmó que los empresarios se beneficiaban de que hubiese una comunidad prospera. Añadiría también, que la comunidad se beneficia de tener un sector productivo sano y en expansión, puesto que existirían más oportunidades de empleo y mejores salarios. El beneficio de una economía creciente es mutuo.
Para que lo anterior ocurra es necesario ser competitivos, ofrecer beneficios a quienes demandan nuestros productos y servicios. Ocurre que la carretera Mulaló-Loboguerrero disminuye los costos de transporte entre Cali y el Sur Occidente y el puerto de Buenaventura en $ 60 mil millones anuales aproximadamente, según la Cámara Colombiana de la Infraestructura, acorta la distancia en una hora de recorrido. Dicha carretera fue adjudicada hace 7 años y aún no se ha iniciado su construcción, lo cual parece una broma, pero es verídico.
Según se ha conocido, aunque no oficialmente, el último obstáculo es que el Ministerio del Medio Ambiente, aún, después de ingentes estudios realizados, durante más de 2 años, no ha dado la autorización final.
Para la competitividad de la región esta obra es fundamental. Nos haría más atractivos para los inversionistas y por consiguiente se podría multiplicar el empleo. Ahora que el gobierno y los expertos en comercio exterior hablan de la oportunidad de sustituir el origen de la producción con destino a los EE. UU., debido al distanciamiento de este país con China, se hace aún más importante. Sin embargo, como se puede inferir del Plan Nacional de Desarrollo, el Gobierno Nacional no le da importancia, que merece, al fin y al cabo, es una obra en la provincia que generalmente no tiene la relevancia, según su criterio. Otro ejemplo evidente de centralismo.
Ocurre que los buques cada vez son de mayor tamaño, facilita el manejo de la carga en contenedores, los cuales pueden almacenarse sobreponiéndose como edificios. La ampliación del Canal de Panamá contempló estas circunstancias y actualmente permite que lo utilicen buques de calado hasta 16 metros. Los puertos del Pacífico más próximos a Buenaventura ya han adecuado la profundidad, para permitir su tránsito. Desde hace no pocos años la región ha solicitado al Gobierno Nacional que contrate el dragado necesario para permitir el tránsito de embarcaciones de esas especificaciones, pero hasta ahora ha sido imposible lograrlo. Nuevamente el Plan Nacional de Desarrollo lo ha negado. Otra evidencia de la falta de conocimientos e interés de los funcionarios capitalinos. Los buques de mayor tonelaje que cruzan el canal, se ven obligados a utilizar los puertos de los países vecinos.