El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, volvió a llamar la atención al bailar un remix de sus propias frases, entre ellas la consigna en inglés “No war, yes peace”, durante una marcha por el Día del Estudiante realizada en el Palacio de Miraflores, sede del Gobierno en Caracas.
El momento, que fue difundido a través de redes sociales y canales oficiales, mostró al mandatario venezolano bailando de manera alegre mientras sonaba una mezcla musical con declaraciones suyas, en un ambiente festivo y político a la vez.
La escena se desarrolló en el marco de una movilización convocada por el oficialismo para conmemorar el Día del Estudiante.
Más allá del tono de celebración del acto, el episodio ocurre en un contexto de creciente tensión entre Venezuela y Estados Unidos. En sus intervenciones recientes, Maduro ha acusado a Washington de intentar derrocar su gobierno, señalando una supuesta estrategia de presión política, económica y militar contra el país sudamericano.
Estas tensiones se han profundizado tras el endurecimiento de sanciones por parte de Estados Unidos y el aumento de su presencia militar en la región del Caribe, hechos que Caracas ha interpretado como una amenaza directa a su soberanía. En respuesta, Maduro ha reiterado un discurso de rechazo a la guerra y ha insistido en la consigna de paz, que precisamente fue uno de los ejes del remix difundido durante la marcha.
En esta ocasión, la frase “No war, yes peace” fue presentada como un mensaje dirigido tanto a la comunidad internacional como a Estados Unidos.
Sin embargo, no es la primera vez que el Presidente de Venezuela acude a dicha la narrativa comunicacional para reforzar sus mensajes, durante un acto público en Caracas, Nicolás Maduro rompió el protocolo al improvisar un rap en inglés dirigido a Estados Unidos, en el que aseguró que su mensaje es sencillo: busca paz, no guerra.
Mientras tanto, el Gobierno estadounidense mantiene su postura crítica frente a la administración de Maduro, a la que responsabiliza por la crisis política y democrática en Venezuela, aunque desde Caracas se insiste en que se trata de una campaña de injerencia externa.
De hecho, Estados Unidos hace pocos días impuso nuevas sanciones contra tres sobrinos del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, junto con un empresario y buques de seis compañías navieras que transportan petróleo venezolano, según informó el gobierno de Donald Trump.
La medida se produce al día siguiente de que Estados Unidos incautara un buque petrolero frente a la costa venezolana, una escalada en la crisis entre ambos países.
El baile de Maduro en Miraflores, aunque simbólico y mediático, refleja el contraste entre la retórica de confrontación internacional y la estrategia comunicacional del mandatario venezolano, en un momento marcado por la incertidumbre regional y el deterioro de las relaciones bilaterales entre ambos países.