A una semana de que Donald Trump deje de ser el presidente de los Estados Unidos, la soledad y la incertidumbre parecen imperar en la Casa Blanca.

Así lo dejan entrever los informes de los medios de comunicación de la primera potencia del mundo, que se mantienen en vilo desde el miércoles pasado, cuando una turba de seguidores del Mandatario saliente se tomó el Capitolio intentando impedir la certificación de Joe Biden como nuevo jefe de Estado de los estadounidenses.

El lío es que desde entonces muchos demócratas pero también no pocos republicanos señalan a Trump de ser el instigador de los violentos hechos que terminaron con la vida de cinco personas, por lo que desde ese mismo momento han exigido que deje la Presidencia de manera inmediata.

Y como esto no parece que vaya a suceder por voluntad propia, como el magnate lo dejó entrever nuevamente ayer, cuando realizó el que sería su último viaje como Mandatario, la opción del juicio político en su contra que se decidiría hoy en la Cámara de Representantes ha atraído toda la atención de todo el país y del mundo.

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“Esta es realmente la continuación de la mayor cacería de brujas de la historia. Es ridículo, es absolutamente ridículo. Este ‘impeachment’ está causando una ira inmensa”, dijo ayer desde los jardines de la Casa Blanca, antes de partir a Texas.

“No quiero violencia”, agregó, sin embargo, en su primera declaración a la prensa desde la asonada del 6 de enero y en medio del silencio obligado que le han impuesto redes sociales como Twitter y Facebook, entre otras.

Lo cierto es que fuentes en Washington citadas por agencias de prensa y cadenas de televisión aseguran que el magnate republicano se está quedando cada vez más solo, mientras insiste en que no perdió las elecciones del 3 de noviembre ante el demócrata Biden.

Incluso, se dice que un número creciente de sus antiguos aliados lo reprendieron públicamente o lo evitaron en privado durante el fin de semana.

La misma tónica han adoptado asesores del Partido Republicano de largo tiempo como el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie y el senador por Carolina del Sur Lindsey Graham, un habitual compañero de golf.

De igual forma, el senador por Pennsylvania Pat Toomey se convirtió el domingo en el tercer republicano electo en pedir la dimisión de Trump y su copartidaria por Alaska Lisa Murkowski dijo el viernes que el magnate debería ser destituido de su cargo.

“La gente no quiere estar en su línea de visión”, le aseguró un exfuncionario de la Casa Blanca al portal telemundo.com. Aparte de Rudy Giuliani, el abogado del Mandatario saliente, y algunos otros leales, “nadie se compromete siquiera”, agregó.

Pero según la misma publicación, la ausencia más notable en el círculo íntimo de Trump en los últimos días ha sido la del vicepresidente, Mike Pence. Aunque se reunieron en la Oficina Oval el lunes por la noche, no se habían visto desde el miércoles por la mañana, luego de que el Presidente le pidiera que rompiera su juramento e intentara de alguna manera intervenir en la tabulación del Colegio Electoral.

También indica que antes de los acontecimientos de la semana pasada, Pence no solo era uno de los aliados más leales del hasta ahora máximo líder republicano, sino uno de sus pocos amigos en la capital Washington.
Hoy por hoy, se sabe que dentro de la Casa Blanca el saliente ‘inquilino’ tiene un personal cada vez más reducido para ayudarle en cualquier tarea de último minuto.

Esto debido a que varios ayudantes y miembros del saliente gabinete de Gobierno han renunciado. El último fue el secretario interino del Departamento de Seguridad Interior, Chad Wolf, que el lunes dijo: “Me entristece dar este paso, porque tenía la intención de servir hasta el final de este Gobierno”.

Antes habían dimitido las secretarias de Educación, Betsy DeVos, y de Transporte, Elaine Chao.

“Es un final dramático pero no sorprendente para la Presidencia de Trump, luego de cuatro años de controversias casi cotidianas que pusieron a prueba los límites de la democracia y resultaron en el ataque mortal al Capitolio”, se lee en el mismo artículo de telemundo.com.

Mientras tanto, se sabe que el Mandatario saliente ha pasado sus últimos días preguntando a los empleados de la Casa Blanca si les gustaría un indulto preventivo, aunque ninguno ha sido acusado ni ha admitido públicamente la participación en algún crimen.

También ha hablado de perdonar a los miembros de su familia por esa vía legal, así como a algunos de sus confidentes más cercanos. Sin embargo, la pregunta es si logrará perdonarse a sí mismo por poner en riesgo todo el capital político que acumuló durante cuatro años en el poder.

Trump, agradecido con López Obrador

Ayer, el saliente presidente Donald Trump agradeció a su homólogo de México, Andrés Manuel López Obrador, por su “amistad” y apoyo en el control de la frontera común.

En Álamo, Texas, junto a un tramo del muro que impulsó para prevenir “el crimen y las drogas”, el republicano no escatimó elogios para López Obrador: “Quiero agradecer al gran Presidente de México. Él es un gran caballero, un amigo mío. El presidente (López) Obrador es un hombre que realmente sabe lo que está pasando. Ama a su país y también ama a Estados Unidos”.

Trump destacó el despliegue por México de 27.000 efectivos para patrullar sus fronteras en los últimos dos años, lo cual permitió, según él, frenar la inmigración irregular, en su mayoría proveniente de Centroamérica.

Además, celebró los Protocolos de Protección al Migrante (MPP) sellados con México, acuerdo que calificó de “pionero” y por el cual los extranjeros que llegan a la frontera de EE. UU. pidiendo asilo deben aguardar la resolución de sus casos en territorio mexicano.

La Casa Blanca dijo que el Presidente viajó a Álamo para “marcar la finalización de más de 400 millas de muro fronterizo”, pero lo prometido en la campaña electoral de 2016 no se completó. Del total finalizado, solo unos 20 km. han sido construidos en zonas en las que antes no existía ninguna barrera física. El resto corresponde a mejoras o refuerzos de las ya existentes. Y México nunca pagó por el muro, como había prometido Trump.

Pompeo no viaja

El jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, canceló su último viaje al exterior, cuando Trump enfrenta la amenaza de un segundo juicio político a ocho días del final de su mandato.

Pompeo, uno de los leales al saliente Presidente, decidió quedarse en Washington para facilitar una “transición suave y ordenada” con el equipo de Joe Biden.