Decenas de civiles murieron en un ataque aéreo estadounidense efectuado en Siria durante una misión secreta en marzo de 2019, cuyas consecuencias fueron encubiertas por las propias autoridades militares, según una investigación del 'New York Times'.

El ataque ocurrió durante los últimos días de la campaña contra Estado Islámico en la localidad de Baguz, en el este de Siria. Allí, y durante una operación del comando secreto Task Force 9, un avión de ataque estadounidense F-15E lanzó dos bombas --una, de 220 kilos y la otra, de 900-- sobre una multitud de personas, principalmente mujeres y niños.

Poco después del ataque, el abogado de la Fuerza Aérea, el teniente coronel Dean W. Korsak, intentó iniciar una investigación independiente para dilucidar lo sucedido al entender que podría haber ocurrido un crimen de guerra en este ataque sobre Baguz, considerado el último gran bastión de Estado Islámico en el país. Sin embargo, sus peticiones cayeron en saco roto.

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"Altos responsables militares estadounidenses eludieron intencional y sistemáticamente el procedimiento", denunció el abogado en un correo electrónico al Comité de Servicios Armados del Senado. "Me estoy exponiendo a represalias por enviar este correo", añadió.

Según la investigación del diario, durante las semanas posteriores al bombardeo "el número de fallecidos fue minimizado y los informes, clasificados". Fuerzas de la coalición liderada por EEUU despejaron el lugar de la explosión con buldóceres y ningun máximo responsable de la cadena de mando militar fue informado correctamente de lo sucedido.

Tras meses de pesquisas, y presionado por la investigación del 'Times', el Comando Central de EEUU (Centcom) ha reconocido finalmente esta semana al diario que las bombas mataron a 80 personas. Según el ente, el número de muertos incluye a 16 combatientes y cuatro civiles, pero se desconoce quiénes son los otros 60 fallecidos.

El portavoz del Centcom, Bill Urban, ha asegurado al diario que el Ejército llevó a cabo una investigación interna del incidente. "Investigamos el ataque de acuerdo con las evidencias que teníamos y asumimos toda la responsabilidad por la pérdida de vidas no intencional", se ha limitado a decir.