La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, extendió el lunes el confinamiento en Auckland, la mayor ciudad del país y aseguró que se necesita más tiempo para controlar un persistente rebrote de coronavirus.

"Estos cuatro días más son necesarios para permitirnos bajar un nivel en Auckland, y mantenernos abajo", dijo, al referirse al sistema de alerta nacional de cuatro niveles.

"Queremos confianza y seguridad para todos", añadió la primera ministra.

Las autoridades impusieron el confinamiento en Auckland el 12 de agosto, un día después de que reaparecieran contagios. Hasta entonces, el país había conseguido tener 102 días sin casos transmitidos localmente.

El foco de contagio ha ido creciendo, pasando de cuatro a 101 casos, y su origen sigue siendo desconocido, pese a un importante dispositivo de rastreo.

Ardern también afirmó que podrían registrarse nuevos casos y que las autoridades sanitarias necesitaban confirmar que el foco estaba bajo control antes de flexibilizar el confinamiento.

Asimismo, anunció que aunque las restricciones en Auckland se suavicen, todo el país permanecerá en nivel dos. Esto significa que se deberán mantener las consignas de distanciamiento social en las reuniones hasta al menos el 6 de septiembre.

El uso de tapabocas también serán obligatorias en los transportes públicos y los aviones.

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