Centroamérica asiste a una nueva fase de la migración de sus habitantes, que tienen décadas huyendo de la violencia y la pobreza que abate a la región como resultado de malos gobiernos y de la influencia de Estados Unidos, dijeron analistas y políticos a Efe.

Miles de migrantes en caravanas conformadas en su mayoría por hondureños, pero que también incluyen a salvadoreños y guatemaltecos, los habitantes del conflicto Triángulo Norte, avanzan hacia Estados Unidos cruzando estos países y México.

A la caravana de avanzada de 4000 migrantes que ayer salieron del estado de Veracruz y llegaron a Puebla con destino al corazón de México, antigua Tenochtitlán, le siguen los pasos otra de unas 2000 personas, hondureños la mayoría, que ingresaron al país el 29 de octubre y transitan por el estado de Chiapas.

Una tercera oleada, de unos 500 salvadoreños, que solicitaron asilo legal en México, también permanecen en Chiapas. Y un cuarto grupo, de unos 2000 salvadoreños que entró el viernes caminando por el río Suchiate, va rumbo a Tapachula, también ciudad de Chiapas.

Las imágenes son impactantes: filas de personas, con niños hasta recién nacidos, van a pie por carreteras –a veces ayudados por camioneros y otros conductores– cruzando ríos y hasta enfrentándose a la policía, como pasó en la frontera entre Guatemala y México, dejando un muerto y heridos.

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El investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en Costa Rica, Abelardo Morales, dijo a Efe que se está frente a un “cambio de modalidad” en la migración centroamericana, tras décadas de haberse hecho a la sombra.

“En todo este tiempo los migrantes eran los invisibles de la globalización, como una estrategia de sobrevivencia para hacerle frente a los peligros de la ruta”, pero las caravanas han tenido un “efecto demostrativo de que sí es posible” migrar ante el empeoramiento de la situación en sus países, afirmó el experto.

Los testimonios de los migrantes dejan claro que huyen del desempleo, la violencia y la extorsión de las pandillas, una especie de ejército irregular que actúan a sus anchas en territorios de los países del Triángulo Norte, con cifras de víctimas similares a las de una guerra civil.

El istmo es también utilizado por el narcotráfico internacional como puente de la droga que se produce en Suramérica y se dirige al mayor mercado de consumo del mundo, Estados Unidos, dejando a su paso un estela de corrupción y muerte.

Las remesas

“Las caravanas están poniendo en evidencia la lógica perversa de una migración muy deshumanizada”, añadió el investigador de Flacso, que recordó que los migrantes con sus millonarias remesas, casi todas procedentes de EE. UU. son un soporte vital para las economías centroamericanas y “un negocio” para grupos de poder económico.
Las remesas representaron en 2017 casi el 17 % del producto interno bruto (PIB) de Honduras y El Salvador, y el 10 % del de Guatemala, según cifras oficiales.

Fracaso de la Alianza

Los gobiernos de los países del Triángulo Norte idearon hace cerca de un lustro el llamado Plan Alianza para la Prosperidad, con el auspicio de Estados Unidos, cuyo principal objetivo era mejorar las condiciones sociales en la región para desalentar la migración.

Para el diputado de la exguerrilla y ahora partido Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, Walter Félix, Estados Unidos tiene “su cuota de responsabilidad” en el fenómeno de las caravanas de migrantes, porque “son una expresión del fracaso de las políticas neoliberales que ha impulsado en la región”, en la que además ha intervenido política y hasta poco incluso militarmente.

La Alianza de la Prosperidad “no ha generado ninguna prosperidad”, y “la cara del fracaso” son “esas medidas” que ha anunciado el presidente estadounidense, Donald Trump, como reducir la cooperación con la región o dificultar la entrada y permanencia legal de los migrantes en ese país, dijo el diputado.

El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, dijo en entrevista con Efe que impulsar el desarrollo inclusivo de los países de la región, algo en lo que es necesaria la cooperación internacional, es vital para superar las causas de la migración.

“Creo que tenemos que dialogar con socios como México y Estados Unidos y otros actores, para la cooperación para el desarrollo de los países, un desarrollo inclusivo con todos los segmentos de la sociedad”, expresó Alvarado.

El Gobierno de Honduras, que asegura que la situación del país ha mejorado en los últimos años aunque reconociendo que queda mucho por hacer, ha culpado a la oposición política de alentar la caravana que prendió la mecha el pasado octubre, e incluso ha denunciado la supuesta intervención del Gobierno de Venezuela.

De Veracruz a Puebla

Miles de migrantes centroameri- canos dispersados en grupos en el estado de Veracruz, llegaron este domingo a pie o en vehículos, al estado de Puebla, como escala previa a su llegada a Ciudad de México.

Desde el viernes, cuando llegaron a Veracruz, más de 4.000 personas quienes entraron a México el 19 de octubre, se dispersaron en una docena de municipios, con la consigna de reagruparse en la ciudad de Puebla. Hondureños, salvadoreños y guatemaltecos se subían a camiones de carga para ir a Puebla, puerta de entrada de Ciudad de México.

En el comedor La Esperanza del Migrante, en la congregación La Patrona, municipio de Amatlán, las mujeres –hace tres años nominadas al premio Príncipe de Asturias– dieron los pocos los alimentos que había.
La coordinadora del movimiento, Norma Romero, dijo que lo más urgente es comida enlatada, agua embotellada, botellas vacías, artículos de aseo personal, ropa y calzado para las caravanas que vienen detrás.

En Puebla, autoridades esperaban la llegada de unas 4500 personas en los albergues instalados en las parroquias La Asunción y San Juan de los Lagos, y el polideportivo Xonacatepec.

Amenaza

El presidente de EE. UU., Donald Trump, aseguró en un mitin en Florida, que no permitirá que “malas personas” que viajan con la caravana de migrantes centroamericanos rumbo a la frontera sur, entren en el país.

El mandatario acusó a los líderes demócratas de propugnar una política de “fronteras abiertas” que, a su juicio, “significa más crimen”, y de querer “invitar a caravana tras caravana”.