El músico Robbie Robertson, del grupo de rock The Band, falleció a los 80 años después de luchar con una larga enfermedad de la que muchas personas desconocían. El guitarrista y compositor vivió sus últimos momentos rodeados de su familia en Los Ángeles, así lo dieron a conocer sus representantes.
“Robbie estaba rodeado de su familia a la hora de su muerte, incluyendo su esposa, Janet; su exesposa, Dominique, el compañero de ella Nicholas; y sus hijos Alexandra, Sebastian, Delphine y su pareja Kenny”, aseguró. “Le acompañaron también sus nietos Angelica, Donovan, Dominic, Gabriel y Seraphina”.
Nacido el 5 de julio de 1943 en Ontario, Canadá, como Jaime Royal Robertson, y por sus venas corría sangre india. Era uno de los dos últimos miembros sobrevivientes de The Band, una influyente banda de rock que mezclaba folk, góspel y jazz con R&B y cuya música aportó un sonido distintivo en las raíces del rock estadounidense.
El baterista Drummer Levon Helm murió en 2012; el bajista Rick Danko en 1999; y el pianista Richard Manuel en 1986. El tecladista Garth Hudson sigue vivo.
Creció escuchando a los pioneros del rock and roll y con apenas 17 años ya se ganaba la vida como guitarrista del héroe rock-a-billy local Ronnie Hawkins. Tras dejarle, su contribución al disco “So many roads” de John Hammond llamaría la atención de un tal Bob Dylan y ahí comenzaría a reescribir la historia.
El genio de Minnesota eligió a The Hawks (luego The Band) como grupo de apoyo para su mítica gira de 1966 que revolucionaría el mundo del rock and roll con su sonido salvaje y chirriante. Era lo nunca visto y el estilo de Robertson, nunca suficientemente reconocido, se convertiría en algo mil veces imitado después.
Excelente guitarrista
Robertson, inspirado por las visitas a sus parientes en la Reserva India de las Seis Naciones, se inició en el mundo de la guitarra y se ganó una gran reputación como músico con The Hawks. La revista Rolling Stone llegó a incluirlo en 2015 en el puesto 59 de los 100 mejores guitarristas.
Junto con sus compañeros de banda, Robertson ingresó en el Salón de la Fama Juno de Canadá en 1989 y en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 1994. No obstante, el grupo se reunió para grabar tres nuevos álbumes en 1990 y no contaron con Robertson.
Junto con sus compañeros de banda, Robertson ingresó en el Salón de la Fama Juno de Canadá en 1989 y en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 1994. No obstante, el grupo se reunió para grabar tres nuevos álbumes en 1990 y no contaron con Robertson.
El guitarrista y cantante de The Band se enfocó en su faceta de compositor a partir de 1980, fraguando una estrecha relación con Scorsese y participando en la supervisión musical de filmes como Toro Salvaje, Gangs of New York, Shutter Island, The Wolf of Wall Street o The Irishman. Uno de sus últimos trabajos es, precisamente, la banda sonora de Killers Of The Flower Moon, la próxima película del director neoyorquino que verá la luz el 20 de octubre.
The Band se acabó en 1978 entre heroína, deslealtad, codicia y desamor. El concierto “The Last Waltz” sería el más hermoso epitafio jamás firmado por una banda y Robertson intentaría recuperar brillo inútilmente. Con Robbie Robertson se va un monumental pilar de la música contemporánea.