La leyenda viviente del periodismo mundial deja su programa de un cuarto de siglo, ‘Larry King Live’. De aseador de oficinas en Miami pasó a ser el periodista más famoso del mundo, con varias marcas en su haber.

De aseador de oficinas en Miami pasó a ser el periodista más famoso del mundo, con varias marcas en su haber. Entre ellas, el Guinnes Records por protagonizar el ‘show’ que más tiempo ha estado en un canal a una misma hora: ‘Larry King Live’, transmitido 25 años por la CNN, a las 9:00 p.m.Hace algunas semanas, Larry King, ícono de la cadena estadounidense, decidió “colgar sus tirantas” (ese accesorio que se convirtió en su sello) y hacerse a un lado para vivir una vida más reposada al lado de su actual esposa, la ex presentadora de Tv. Shawn Southwick, 26 años menor que él, y de sus pequeños hijos Chance y Cannon, de 11 y 10 años, respectivamente.Lawrence Harvey Zeiger, de 76 años, estará hasta noviembre conduciendo su emblemático programa diario de entrevistas, que llega a 200 países, y en el que han desfilado las más grandes personalidades del mundo: los últimos presidentes de Estados Unidos desde Gerald Ford; líderes como Jasser Arafat, Nelson Mandela, Margareth Tatcher, Vladimir Puttin; y estrellas como Al Pacino, Madonna, Audrey Hepburn; reyes y multimillonarios como Donald Trump. Este judío, criado en Brooklyn, Nueva York, hijo de una modista y del propietario de un restaurante, ha logrado en 53 años de carrera como locutor y periodista entrevistar a por lo menos 40.000 personas. A las únicas que lamentó no haber podido sentar en su tradicional set fue “a un Papa, a Fidel Castro y al escritor J.D. Salinger”, reveló en su autobiografía.La clave para llegar a convertirse en un gran entrevistador por el que la cadena CNN paga anualmente US$12.900.000 (unos 24 mil 140 millones de pesos), no sólo estuvo en tener la astucia de trasladar a la televisión el formato radial, que permitía que los oyentes formularan preguntas al invitado, sino en ser un gran conversador, manteniendo un diálogo franco y amigable con el entrevistado, en el que no faltan la irreverencia y los apuntes humorísticos. Además, claro, de sus preguntas hipotéticas, que han hecho ‘caer’ hasta a los más avezados.Como cuando tuvo en 1992 en su espacio a Dan Quayle, opositor acérrimo del aborto, y le preguntó qué haría si su hija saliera embarazada y quisiera abortar. Luego de rodeos el vicepresidente de Bush debió admitir: “Apoyaría a mi hija. Espero no tomar esa decisión”.Armando Plata Camacho, locutor colombiano que hoy tiene su propia empresa en Estados Unidos y que trabajó en los 90 en CNN, es uno de los más fervientes seguidores de King desde los años 60, cuando éste era una de las estrellas del periodismo radial en Miami. “Admiro de Larry justamente la sencillez con la que conduce una charla, siguiendo las respuestas del entrevistado, haciéndolo sentir cómodo, de esa manera, logra que las personas hablen espontáneamente sobre cualquier tema. Sin embargo, hay colegas que lo critican por ser light, superficial, poco agresivo en sus preguntas y por vivir el glamour de las celebridades”, apunta Plata.Se le critica, además, porque en ocasiones muestra poco conocimiento de sus entrevistados. Él mismo ha confesado que no se prepara rigurosamente, que a veces le basta con la información que lee en los diarios o recibe de sus asistentes, porque, como siempre lo ha reconocido, “no soy periodista”, sólo, dice, soy un conversador que hace preguntas sencillas, humanas.Para periodistas como Margarita Vidal, Larry King era más fuerte e incisivo al principio de su carrera que ahora. Pero se entiende su conducta, comenta, porque últimamente entrevistaba mucha gente de la farándula, del cine, de la música. Y con este tipo de personajes no es pertinente ser incisivo, pues con ellos toca temas que no son de gran trascendencia.Margarita precisa: no es que King no se prepare, sino que confía mucho en su capacidad de preguntar, en su propia intuición. “Pero es un magnífico entrevistador. No en balde es su prestigio. No es fácil mantenerse 25 años en primer plano en Estados Unidos donde todo pasa de moda tan rápidamente, como las series de Tv., pues la gente se cansa. Él se supo mantener”.Pero este hombre flaco y encorvado, ex fumador de tres cajetillas diarias de cigarrillo, ya no quiere seguir. Precisamente, en mayo, cuando cumplió 25 años su programa y en esa semana de celebración tuvo invitados como Bill Gates, el presidente Barack Obama y la cantante Lady Gaga se dijo: “No puedo superar esto... Quiero hacer otras cosas, pero quiero permanecer en CNN de algún modo”.Así que resolvió presentar su renuncia ante los directivos de la CNN que la dmitieron y aceptaron, además, su participación en la cadena haciendo algunos especiales, en el futuro.Sin embargo, la verdad sea dicha, Larry King se supo retirar a tiempo, pues su programa venía en caída. Había perdido casi la mitad de su teleaudiencia en el último año (en el primer trimestre de 2010 sus seguidores descendieron a 771.000, cuando en 2009 eran 1.400.000).El legendario rey del rating en EE.UU. cedía terreno ante presentadores más agresivos como Sean Hannity, de Fox News o Rachel Maddow, de MSNBC. Hoy, se dice, ya tiene sucesor: Piers Morgan, el jurado inglés del reality America’s Got Talent. ¿Logrará eclipsarlo?Tras un nazi en ColombiaEl programa de Larry King en CNN ostentó por trece años un valioso récord: más de once millones de hogares en Estados Unidos siguieron en noviembre de 1993, el debate que organizó el neoyorquino entre el entonces candidato a la presidencia Ross Perot y el vicepresidente Al Gore sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, Nafta. Todo un hit. Esa es sólo una pequeña muestra de lo que ha logrado Larry King, que no alcanza a creer que haya conseguido tantas conquistas, siendo él, un huérfano de padre que a duras penas terminó el bachillerato y que desde los 19 años debió ponerse a limpiar oficinas para ayudar a su madre y a su hermano.Se pregunta este apasionado del béisbol, y creyente de los fenómenos paranormales, cómo él, que nunca fue a la universidad, luego pasó a ver cómo Frank Sinatra le cantaba en privado. O cómo él, que acompañó a caminar a Martin Luther King, tiempo después sentó en su programa a su asesino. “Eso simplemente no es posible”, se repite.Con esa voz ronca y ese acento del estadounidense rural que logra cautivar por su sencillez –como lo recuerda el periodista bogotano Oscar López Noguera, quien lo vio varias veces en la recepción de CNN en Atlanta, mientras se desempeñaba como asistente de la presentadora Ángela Patricia Janiot– King se echó al bolsillo a los televidentes del mundo con personajes que incluso no eran muy dados a conceder entrevistas como Barbra Streisand, Frank Sinatra o Marlon Brando. Este último, la personalidad que más recuerda con cariño por ser “muy dulce y divertido”. Si al comienzo de su carrera como locutor hacía sus entrevistas desde un modesto restaurante en Nueva York, hoy, como la gran luminaria de CNN se da el lujo de transmitir desde cualquier lugar del mundo. Cuenta, dice López, con estudios en Nueva York, en Washington, en Atlanta y con uno móvil. Varios personajes colombianos han sido invitados a su foro, entre ellos Ingrid Betancourt, luego de ser liberada en la Operación Jaque. Y el presidente Ernesto Samper, en 1997, que, vía satélite desde Bogotá, y en un inglés ‘chapuceado’ a lo Juan Charrasquiado, como lo calificara la revista Semana, manifestó que confiaba en que antes de que finalizara el siglo, Colombia encontraría la manera de vivir en paz. El espacio, en el que King también invitó a las esposas de los misioneros secuestrados por las Farc en 1992, se convirtió en la peor vitrina mundial para esta organización guerrillera, pues el presentador recordó con insistencia que estaba entre los 30 grupos terroristas más peligrosos del mundo.Antes de ser la estrella mundial que hoy es, Larry King estuvo en Colombia. Ya era una figura de la radio en Estados Unidos. A comienzo de los años 70 llegó a Pasto tras una noticia que le dio la vuelta al mundo: la posible presencia en Colombia del jefe nazi Martin Bormann, divulgada gracias a una crónica del periodista caleño Henry Holguín en la revista Cromos.Holguín, hoy editor general del Diario Extra de Guayaquil, recordó desde Ecuador, que, efectivamente, King, en ese entonces un hombre de unos 38 o 40 años, de tirantas, gafas grandes y gruesas, de cabello negro y pocas canas, lo entrevistó por espacio de media hora. “Antes de la entrevista me dijo en un mal español, usted está de Costa a Costa para los Estados Unidos”, cuenta Holguín. “Él me preguntó cómo lo había encontrado, qué pistas tenía para suponer que era el nazi más buscado del mundo y muchas otras preguntas. Le expliqué que habían once coincidencias entre Martin Bormann y un señor que yo había encontrado en La Hormiga, Putumayo, Juan Hartmann: nacieron en la misma ciudad, tenían la misma edad, ambos tenían una herida en la mano derecha...”.. Días después se descubrió que Hartmann no era el nazi buscado gracias, a pruebas enviadas por el Pentágono, entre ellas, las huellas dactilares de Bormann.Larry King entonces, se marchó de la capital nariñense luego de permanecer una semana “soportando frío e incomodidades”, rememora Holguín.De corazón grandeEl pasado 14 de abril Larry King anunció que se divorciaría de Shawn Southwick, ex presentadora de televisión con la que había mantenido su relación más duradera: 13 años. Él, un enamoradizo irredimible que se ha casado en ocho ocasiones con siete mujeres (repitió con Mary Mickey Sutphin) pronto se reconcilió con su mujer, que en mayo, trató de suicidarse con una sobredosis de fármacos.Las especulaciones sobre las infidelidades mutuas de la pareja fueron la comidilla de la prensa rosa. Trascendió entonces que ella le fue infiel a King con el entrenador de béisbol de sus hijos, Héctor Peñate. En una entrevista con ‘In Touch’ él reveló que estando de vaciones con los King en playas mexicanas, tuvo relaciones sexuales con Shawn en la cama en la que ella dormía con Larry. Y que incluso la ex modelo le decía que no debían preocuparse, porque él pronto moriría. Pero Larry no se quedaba atrás. Medios informaron que le fue infiel a Shawn con la propia hermana de su mujer, Shannon Engemann, una rubia escultural, de 46 años, y a la que le regaló un costoso automóvil. Tal parece que una vez limados los ‘cuernos’ los King se dedicarán a tener más tiempo con sus hijos, a los que el mismo presentador lleva todos los días a la escuela. Los fines de semana van juntos a ver partidos de béisbol. ¡Qué ironía! En armonía con su esposa, King, padre de cinco hijos, se evita un costoso divorcio que lo obligaría a compartir con su mujer su enorme fortuna que excede los US$140 millones.Esas grandes cantidades de dinero, su popularidad, su vida desordenada con las mujeres, lo han convertido en un divo del periodismo norteamericano, sin embargo, anota una periodista colombiana que prefirió conservar el anonimato, todo eso no fue obstáculo para sus grandes resultados en su vida profesional.Logros que han servido de inspiración a muchos de sus colegas, como el locutor colombiano Armando Plata Camacho, quien recordó para El País desde Atlanta, que en una ocasión compró uno de los audio-libros de la estrella de CNN donde él comentaba cuál era su método para hacer de las entrevistas un diálogo agradable para el oyente. “Me ayudó mucho para mejorar algunos de mis programas”, anotó el periodista.Con una vida más tranquila, el otrora joven bohemio, que lo ahogaban las deudas y que en 1971 fue arrestado por quedarse con un dinero que tenía como destino ayudar a investigar la muerte del presidente de Jhon F. Kennedy, contará ahora con más tiempo para dedicarse a contribuir con las causas sociales que ha emprendido valiéndose de su fama.Hace unos años donó un millón de dólares a la Escueal de Medios de Comunicación y Asuntos Públicos de la Universidad George Washignton para becar a estudiantes pobres. Y a través de la fundación que lleva su nombre - y que dirige su primogénito Larry Jr., al que apenas conoció siendo ya un sesentón- seguirá colaborando para que las personas con problemas cardiacos de escasos recursos puedan ser operadas. Bien sabe él de esta problemática, pues en 1987, dos años después de hacer su debut en CNN sufrió un ataque al corazón que lo enfrentó a la muerte y contribuyó a que se convirtiera en un líder del antitabaquismo. ¡Dios salve al rey!