La persecución por parte del Gobierno de Estados Unidos contra los migrantes indocumentados, sin importar que no sean personas malas, ha sido una problemática que viven miles de latinos en este país.
Este es el caso de Narciso Barranco, un inmigrante mexicano que cometió el más grave delito por el que se castiga por estos días en Estados Unidos, ser un indocumentado.
Barranco fue detenido el fin de semana pasado en la ciudad de Santa Ana, por miembros de la Patrulla Fronteriza, quienes realizan estrictos controles para identificar a las personas que se encuentran circulando por la ciudad.
La noticia no se centró en su arresto, pues se puede hablar de una cotidianidad con este tema. La noticia se da porque los oficiales a la hora de arrestarlo, lo sometieron contra el suelo y lo golpearon en numerosas ocasiones, sin tener como defenderse o bloquear los golpes que le daban los uniformados.
Actualmente, Narciso Barranco se encuentra en el centro de detención donde el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), lleva a las personas capturadas. En entrevista con diplomáticos mexicanos, Narciso aseguró tener la camiseta rota y un fuerte dolor en su hombro, producto de los fuertes golpes cometidos por los miembros del ICE.
Narciso Barranco, de 48 años y oriundo de Cuernavaca, Morelos, se encontraba trabajando en los jardines de una cafetería en la ciudad de Santa Ana, cuando de un momento a otro llegaron los agentes enmascarados del ICE y lo persiguieron, pues Barranco arrancó a correr debido a que no sabía quiénes lo estaban persiguiendo, pues los miembros de la Patrulla Fronteriza parecen de todo menos policías.
“Creo que mi padre fue detenido por su aspecto, no le dijeron ni le preguntaron nada”, declaró a la prensa el domingo Alejandro Barranco, el hijo mayor de Narciso. “Únicamente comenzaron a perseguirlo por la calle y él corrió porque se asustó. No sabía quién lo estaba persiguiendo”, agregaba su hijo.
Alejandro logró hablar con su padre en la noche del domingo y aseguró que “parecía asustado, como si recién hubiese llorado. Además, Narciso le solicitó a su hijo que si podía ir a terminar el trabajo que dejó a medias debido a su arresto.
La familia de Narciso ha creado una página web en donde reciben donaciones de personas que le permitan costear la defensa legal por la que piensan luchar y así mantener a este hombre en Estados Unidos.