Este nuevo avistamiento ha generado algunas expectativas sobre los efectos que este fenómeno podría tener en la Tierra. Este espacio alberga campos magnéticos unipolares abiertos, facilitando la liberación más fluida de viento solar al espacio, informaron desde la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica).
Una de las advertencias de los expertos es que este hecho podría desencadenar vientos solares de hasta 3 millones de kilómetros, aunque ya sus efectos se sintieron los primeros días de este mes (con una gran ola de calor), se espera que este se siga sintiendo.
Si bien estos agujeros son comunes, lo inusual radica en su ubicación cercana al ecuador solar (línea imaginaria en el Sol que es análoga al Ecuador terrestre). Según explicaciones de Mathew Owens, catedrático de Física Espacial en la Universidad de Reading, la proximidad de este agujero al ecuador solar, aumenta la probabilidad de que los vientos solares impacten en la Tierra, generando condiciones para posibles auroras y, posiblemente, afectaciones a satélites en órbita.
Los agujeros coronales son sectores de la corona solar donde el campo magnético del Sol se abre, esto tiene como consecuencia que el viento solar se escape con mayor facilidad en el espacio en general y puede afectar el planeta Tierra. Estas áreas han sido seguidas por los científicos representando las regiones oscuras en las imágenes solares y están asociadas con un plasma más frío y menos denso que el plasma circundante.
Estos son característicos por tener campos magnéticos abiertos, lo que facilita que el viento solar, compuesto por partículas cargadas y radiación. El viento solar viaja por el sistema solar y, en algunas ocasiones, puede impactar la magnetosfera de la Tierra.
Estos impactos pueden generar tormentas geomagnéticas que, dependiendo de su intensidad, pueden causar desde auroras visibles en latitudes más bajas de lo habitual hasta interrupciones en las comunicaciones por satélite, sistemas de navegación y redes de energía en la Tierra.
Los agujeros coronales son fenómenos comunes y se observan con mayor frecuencia cerca de los mínimos solares y durante los ciclos solares de actividad moderada. Estudiar y monitorear estas áreas en el Sol es fundamental para comprender mejor la meteorología espacial y sus posibles impactos en la Tierra.