Un retraso de 12 horas fue el que tuvieron que aguantar los pasajeros de un vuelo entre Málaga, España, y Londres, luego de comprobar que una pasajera se encontraba muerta dentro del avión.
Lo que ha llamado la atención del caso es que al parecer fue la misma familia la que embarcó a la mujer ya fallecida en un vuelo de easyJet.
Todo inició cuando cinco familiares de una mujer británica de 89 años la llevaron hasta el vuelo que la llevaría a Londres el pasado jueves 18 de diciembre.
Al llegar, el personal de la aerolínea preguntó a los familiares por el estado de la mujer, pero esto señalaron que solo estaba cansada e indispuesta.
Testigos del vuelo indicaron que la adulta mayor fue trasladada en silla de ruedas, y que sus familiares aseguraron al personal en tierra que la mujer solo estaba dormida.
Además, para poder tranquilizar al personal, sus familiares se identificaron como médicos.
Fue así como tras cinco preguntas, la mujer fue sentada en la parte trasera del avión.
El vuelo tenía previsto salir poco después de las 11:00 am, pero tras comenzar a rodar hacia la pista, la tripulación pudo percatarse que la pasajera había fallecido, por lo que el avión debió regresar al estacionamiento.
“Vi cómo la llevaban en silla de ruedas al avión; ¡alguien le sujetaba la cabeza mientras pasaban a mi lado! Un médico que iba a bordo confirmó que ya estaba muerta cuando la sentaron“, contó en redes sociales la pasajera Tracy-Ann Kitching.
Ante esto, easyJet negó que se permitiera el embarque de una persona fallecida.
Un portavoz de la aerolínea aseguró que la pasajera contaba con un certificado de aptitud para volar y que además se encontraba viva al subir al avión.
A la mujer le fue proporcionada asistencia médica urgente, pero allí solo comprobaron que la mujer había fallecido.
La Guardia Civil de Málaga, quien se hizo presente en el vuelo, confirmó que la mujer fue declarada muerta en el interior.
Finalmente y luego de un retraso de 12 horas, el vuelo despegó a las 10:47 pm.
Las autoridades señalaron además que los familiares de la mujer de 89 años no han sido detenidos.
Según los mismos pasajeros, la familia podría haber hecho dicha maniobra para evitar los gastos de la repatriación.
Cabe mencionar que el transporte internacional de cadáveres es un proceso que requiere de documentos oficiales, el certificado de defunción, autorizaciones sanitarias, embalsamamiento obligatorio y un ataúd especial.
El valor va desde los 3.000 hasta los 6.000 euros solo para el transporte aéreo, a lo que se debe sumar el costo del féretro con características específicas, el cual es llevado en un vuelo de carga y no en uno de pasajeros.