El clima para los medios de comunicación en muchos países de Latinoamérica parece no ser el mejor. Y es que los gobiernos autoritarios y que ya han sido denunciados por otros abusos a los derechos humanos también han terminado vulnerando el de la libertad de expresión, así como el de la libertad de prensa, replegando a los periodistas al exilio.

En Bogotá están radicados más de 600 mil migrantes y refugiados venezolanos. | Foto: León Darío Peláez- Semana

He conocido casos de personas perseguidas por el régimen de Maduro que son secuestradas por el Eln, para ser entregadas en la frontera”, le dijo la comunicadora al periódico El Espectador en entrevista.

En medio de amenazas, tuvo que irse a Cúcuta, pero el traslado hasta la ciudad fronteriza no fue suficiente, por lo que se movilizó hasta Bogotá.

No obstante, en febrero decidió renunciar a su Permiso de Protección Temporal -PPT- para aspirar a conseguir su estatus oficial de refugiada. Esta se ha convertido en una decisión de la que se arrepiente en gran manera, pero con la que no ha podido hacer mucho.

Y es que desde el momento en que determinó seguir dicho proceso ha tenido que atravesar por pasos llenos de burocracia y dificultades administrativas, lo que han hecho que el tiempo corra, corra y siga corriendo, pero su situación migratoria continúe sin definirse.

Ante tal posición de limbo en la que se encuentra, se le ha hecho imposible conseguir un empleo. Ahora bien, aunque muchos medios de comunicación del país la han llamado para vincularla laboralmente, los procedimientos han tenido que cancelarse o frenarse debido a que documentalmente está imposibilitada para firmar un contrato.

Tampoco puedo montar un puesto en la calle, porque si trabajo de manera irregular pierdo mi posibilidad de obtener el estatuto y la protección internacional”, añadió la corresponsal en diálogo con el medio citado.

La periodista señala a ACNUR como uno de los responsables de las dificultades en la consecución de su estatus migratorio.

Dada su situación, no vio más remedio que alzar la voz de manera pública por lo que se decidió a iniciar una huelga de hambre hasta que le den contestación a sus peticiones.

De acuerdo a lo que Briceño comenta, este organismo internacional es el que más ha entorpecido la consecución de su anhelado estatus migratorio legal.

Frente a las acciones de la venezolana, ACNUR se ha mantenido en silencio y no ha pronunciado palabra alguna. Mientras la situación sigue igual, la mujer ha decidido continuar con su manifestación.

De la misma manera, hace varias semanas Carolina venía denunciando irregularidades en los procedimientos de regularización para refugiados ofrecidos por la agencia NRC América Latina.

La mujer vivió en Cúcuta, pero tuvo que ir a Bogotá en busca de posibilidades de refugio. | Foto: Guillermo Torres.

Este es el tuit que ponen los del, en el que invitan a las personas migrantes venezolanas a convertirse en solicitantes de refugio, empujándoles así a quedar sin derechos aquí en Colombia, sin la posibilidad ni siquiera de tener acceso a los mecanismos que les permita luchar por sus derechos. Eso es lo que hace es dejar a las personas más vulnerables, porque sin derecho al trabajo, esas personas venezolanas son presas fáciles de las redes de trata y explotación sexual”, comentó.

Además agregó: “Entiendo que en el Consejo Noruego de Refugiados quien hace esos mensajes para redes sociales desconoce profundamente lo que pasa en Colombia y lo que en realidad viven los solicitantes de refugio, sencillamente actúan desde la ignorancia, porque es la única razón que explica cómo han llegado a redactar ese tuit”.