Tragedia de Honduras detonó alerta por estado de penales en este lado del mundo.

El lugar donde se produjo el peor incendio carcelario del siglo era decrépito, sobrepoblado y mal mantenido. Un sitio asfixiante y sucio de celdas oscuras y atestadas con puertas de chapas manuales.La prisión de Comayagua en Honduras era una cárcel de mediana seguridad, donde muchos internos sólo estaban acusados de delitos menores.Al infierno que quemó y asfixió a 358 personas esta semana, podrían seguirle desastres en otras prisiones de Centro y Suramérica, según lo advierten autoridades gubernamentales y observadores internacionales. Una década de medidas drásticas para acabar con la delincuencia callejera y el narcotráfico rampante en Latinoamérica ha dejado a la región salpicada de cárceles propensas a los desastres, con frecuencias de más del doble de reclusos de los que pueden manejar en forma segura.“Existe una tremenda crisis de seguridad pública en la región y la respuesta rápida que prevaleció durante todos estos años es aplicar un ‘puño de hierro’ contra el delito”, dijo José Miguel Vivanco, director de Human Rights Watch para América. “Por ‘puño de hierro’ la gente en este lado del mundo entiende el aumento de las penas y de los trámites que dificultan que los prisioneros salgan de la cárcel”, aclaró.La situación es, especialmente, preocupante en Centroamérica. En el 2002, Honduras implementó leyes que duplicaron la pena máxima por ser líder de una pandilla, a doce años de prisión. Como la definición de lo que es el liderazgo de estas bandas era muy vaga, hubo personas que fueron encarceladas por tener tatuajes.Para el 2008, el año más reciente en que hay cifras disponibles, el sistema carcelario de Honduras tenía casi 38% más reos de los que podía albergar, según el Centro Internacional para Estudios sobre Cárceles, con sede en Londres.El sistema de El Salvador se encontraba al 253% por encima de su capacidad. El presidente de ese país, Mauricio Funes, advirtió que el incendio en la prisión de Comayagua -el tercero en Honduras- “es una advertencia para toda la región”.Las prisiones en Guatemala estaban casi al 160% de su capacidad en el 2010, de acuerdo con el Centro Internacional para Estudios sobre Cárceles. “Nuestras prisiones están llenas de personas (detenidas) por el simple hecho de poseer drogas”, afirmó el ministro de Gobierno, Mauricio López.El gobierno panameño informó que tenía a 13.525 prisioneros en instalaciones construidas para albergar a 7.342. De ellos, 9.129 aguardaban sentencia, una situación que se repite en toda Latinoamérica, donde los acusados son detenidos junto con los que ya han sido declarados culpables, mientras aguardan juicio en un sistema en el que la insuficiencia de personal significa que el proceso puede demorar años.Esto se repite también en Suramérica. Por ejemplo, en Venezuela las cárceles encierran a 50.000 reclusos, cuando su capacidad es de tan sólo de 14.000, según cifras del propio Gobierno; mientras que las prisiones de Chile registran superpoblaciones de 50%, 70% y hasta 200%, de acuerdo a informes del 2010.Los datos del Inpec sobre Colombia reportan unos 100.000 reclusos dispuestos en la cárceles de todo el país y calculan el hacinamiento en un 30% del total de la población que crece en mil reos cada año. Identifican cadáveresHasta este sábado los equipos de medicina forense que trabajan en la identificación de los reos muertos en el incendio de la cárcel de Comayagua habían reconocido 25 cuerpos. El viernes el número de víctimas mortales se incrementó a 358 personas, luego que murió Alexis Bonilla Flores, el quinto de los 10 reos con graves quemaduras atendidos en el estatal Hospital Escuela de Tegucigalpa.Otros cuatro reclusos perdieron la vida entre el miércoles y el viernes en ese centro asistencial.