En un insólito caso de fraude interno, dos empleadas del supermercado California, ubicado en La Plata, Argentina, fueron acusadas de desviar pagos de clientes a sus cuentas personales.
Según la denuncia presentada por la propietaria del establecimiento, las cajeras proporcionaban sus alias bancarios personales a los clientes en lugar del alias oficial del supermercado al momento de realizar los pagos por transferencia.
La irregularidad salió a la luz cuando la dueña del comercio notó discrepancias entre los ingresos en caja y la facturación total del local. Tras una revisión exhaustiva, descubrió que la mercadería vendida no se correspondía con el dinero ingresado en la cuenta bancaria del supermercado.
La comerciante declaró: “Al momento de hacer el control de las facturaciones me di cuenta de que estaban dando un alias para pagos diferente al del supermercado”.
Modus operandi
Las empleadas, según la denuncia, ofrecían a los clientes sus alias bancarios personales para realizar pagos por transferencia, desviando así los fondos destinados al negocio. Posteriormente, registraban la operación como si se hubiera realizado con el alias oficial del supermercado, ocultando el desvío de dinero. Esta maniobra se habría extendido por más de dos meses, lo que permitió que el fraude alcanzara cifras significativas.
La dueña del supermercado presentó como pruebas ante la fiscalía grabaciones de cámaras de seguridad, listados de facturación con compras eliminadas de la caja y comprobantes de pago que nunca se reflejaron en las cuentas del comercio.
Según la denuncia, el monto sustraído rondaría 7 millones de pesos argentinos, equivalentes a aproximadamente 19 millones de pesos colombianos. Además, algunos clientes se mostraron confundidos al notar inconsistencias en sus pagos, lo que evidencia cómo este tipo de fraudes también afecta la confianza del público en los comercios.
Tras descubrir la maniobra, la propietaria del supermercado despidió a las dos empleadas involucradas el 8 de septiembre y presentó una denuncia penal ante la Justicia. La causa fue caratulada como “estafa y robo”, y la fiscalía de turno investiga el caso para determinar el monto exacto del perjuicio económico y la responsabilidad penal de las empleadas.
Este caso subraya la importancia de implementar controles internos estrictos, capacitación del personal y sistemas de verificación de pagos para prevenir futuros fraudes. Además, sirve como advertencia para otros comercios, recordando que la vigilancia constante y la auditoría de operaciones son clave para proteger tanto el patrimonio del negocio como la confianza de los clientes.