El gobierno de Estados Unidos emitió este jueves una alerta de seguridad en la que pidió a sus ciudadanos no viajar ni permanecer en Venezuela. La comunicación oficial, vinculada a la embajada norteamericana, advirtió sobre riesgos de detención ilegal, tortura, secuestro, terrorismo y disturbios civiles, en un contexto que aumenta la tensión diplomática y militar entre ambos países.
Desde Caracas, el ministro de Defensa Vladimir Padrino López acusó a Washington de intentar un cambio de régimen en Venezuela. Aseguró que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) está lista para defender cada centímetro del territorio, el espacio aéreo y marítimo. El funcionario afirmó que las acusaciones de narcotráfico contra el gobierno de Nicolás Maduro carecen de pruebas y responden a intereses políticos.
El secretario de Estado estadounidense Marco Rubio había declarado días atrás que la administración de Donald Trump confrontará a los carteles que representen una amenaza para la seguridad nacional, citando al denominado Cartel de los Soles, señalado como una estructura dirigida desde el poder venezolano.
Estas afirmaciones fueron rechazadas de inmediato por las autoridades chavistas, que las calificaron de invenciones.
A las declaraciones se sumó el director de la DEA, Terry Cole, quien acusó al régimen de colaborar con las guerrillas del ELN en el traslado de cocaína hacia carteles mexicanos. Según Cole, Venezuela se ha convertido en un “estado narcoterrorista” y sigue trabajando con las FARC y el ELN para enviar cantidades récord de droga hacia Estados Unidos.
La respuesta de Washington incluyó advertencias de la Casa Blanca sobre el posible envío de buques y tropas al mar Caribe, en las cercanías de Venezuela. La portavoz Karoline Leavitt aseguró que el gobierno estadounidense usará todo su poder para frenar el flujo de drogas y contrarrestar la supuesta alianza del chavismo con organizaciones criminales.
En medio de este escenario, el secretario general de la ONU, António Guterres, pidió a ambas partes ejercer la contención y resolver las diferencias por la vía pacífica. La organización internacional reaccionó tras el anuncio del despliegue de tres destructores estadounidenses con más de 4.000 marinos rumbo a las costas venezolanas.
La escalada diplomática también incluyó la actualización de la recompensa contra Nicolás Maduro, que Estados Unidos elevó a 50 millones de dólares. En reacción, el mandatario venezolano ordenó la movilización de cuatro millones de milicianos para enfrentar lo que llamó amenazas extranjeras.
El pasado 25 de julio, Washington designó al Cartel de los Soles como organización terrorista, asegurando que está dirigido por Maduro y altos funcionarios del chavismo. Según el Departamento de Estado, esta calificación permitirá utilizar todos los recursos disponibles para frenar las operaciones criminales en la región.
Venezuela, por su parte, rechaza la existencia del cartel y sostiene que se trata de una estrategia política. Diosdado Cabello, considerado número dos del régimen, afirmó que se trata de un “invento” utilizado para incriminar a dirigentes nacionales.