En los aledaños de la gran basílica romana de San Pablo Extramuros surgió en la Edad Media una auténtica ciudad amurallada para proteger el lugar, cuyos restos "únicos" pueden ahora apreciarse en un nuevo recorrido expositivo.

La imponente basílica, una de las cuatro papales y propiedad extraterritorial del Vaticano, comenzó a construirse donde se cree que fue sepultado el apóstol San Pablo, después de que el emperador Constantino promulgara el fin de la persecución cristiana en el 313.

En concreto las inmediaciones de la basílica fueron fortificadas por orden del papa Juan VIII y la ciudadela, conocida desde entonces como "Iohannipolis", permaneció así hasta el siglo XIV, cuando un terremoto echó abajo los muros, hoy completamente desaparecidos.

Esta área arqueológica, de alto interés histórico, fue sacada a la luz en 2007 y ahora puede apreciarse con unas modernas instalaciones con paneles, esquemas cronológicos, una iluminación precisa y un recorrido elevado en metacrilato sobre las ruinas.