Aún reclaman una disculpa sincera por el calvario sufrido como esclavas sexuales del Ejército japonés hace seis décadas: Son las "halmonis", seis ancianas surcoreanas que viven en una casa de retiro donde se honra su coraje y dignidad.
Lee Ok-sun tenía solo 15 años cuando un hombre coreano y otro japonés la secuestraron en el verano de 1942 en Ulsan (costa suroriental). Hacía dos que había dejado su ciudad natal, la vecina Busan, para trabajar en una posada, algo tristemente común en aquellos tiempos de penuria en Corea, que entonces no estaba dividida en dos y que desde 1910 se hallaba bajo un férreo dominio colonial japonés.