El presidente de Francia, Emmanuel Macron, cumple mañana sus primeros cien días en el poder con una popularidad en neto descenso que da por finalizado el estado de gracia, lastrado por polémicas no compensadas por el rápido cumplimiento de algunas promesas de campaña.

Menos de cuatro de cada diez franceses (36 %) dicen estar satisfechos con este inicio de mandato, diez puntos menos que el recabado por el socialista François Hollande en agosto de 2012 y un porcentaje muy alejado del apoyo del 62 % que el exministro de Economía tenía recién llegado al Elíseo en mayo pasado.